Esta vez hemos echado de menos a Carlos, una de las "almas" imprescindibles en la fiesta.
A las 8 de la tarde del lunes llegaron los invitados dispuestos a superar todos los sustos y a enfrentarse a una noche terrorífica, espantosa, espeluznante que no olvidarán nunca.
Guardamos el secreto de los talleres, la sala de contaminación radiactiva o el Pasadizo de los Valientes. Afortunadamente todos nuestros visitantes han sobrevivido para "no contarlo".
Shhhhh! El próximo curso volvereeeemossss a atacar a los de 5º.